viernes, 29 de octubre de 2010

La penicilina manipulada deja de ser penicilina

El viernes pasado tuve la suerte de asistir al taller impartido sobre aprendizaje dialógico por Ramón Flecha. He de decir que me encantó e incluso me ayudó a aclararme y tomar algunas decisiones sobre temas que rondaban por mi cabeza.

En nuestro campo educativo existen muchas experiencias escolares que están logrando muy buenos resultados, aumentando por ejemplo el aprendizaje instrumental, disminuyendo las desigualdades sociales, favoreciendo el aprendizaje cooperativo, motivando al profesorado, alumnado, comunidad, etc.

Pocas veces los profesores, las planificaciones educativas oficiales nos hemos preocupado de conocerlas, analizarlas, estudiar las teorías en las que se basan, difundirlas... En lugar de apoyarse en un trabajo científico, se apoyan en la superstición, en el corta y pega, haciendo verdaderos montajes, dignos del circo del sol. ¡Cuidado con las interpretaciones! ¿Nos pondríamos una inyección de penicilina si supiésemos que ha sido manipulada?

Por suerte algo parece que está cambiado y como dice Ramón, todos podemos contribuir a que cambie aún más. Se apuntaron algunas orientaciones:

1. Diálogo igualitario. Hay que fundamentar apoyándonos en argumentos sólidos y científicos. Las tecnologías de la información y la internacionalización ponen a nuestro alcance los criterios de la comunidad ciéntifica internacional. (ERIC, SOCIOLOGICAL ABSTRATS...)

2. Inteligencia cultural. Ya no se habla sólo de la inteligencia académica, sino que cobra cada vez más fuerza la práctica y la comunicativa.

3. Resolver problemas. A nadie se le pide que reuelva problemas sin mirar en ningún sitio previamente. ¿Te fiarias de un médico que no estudiase tu caso, que no lo analizase previamente o compartiese sus dudas con otros compañeros? ¿O de un arquitecto que no incorporase en su construcción la solución de los errores superados por otros? Ahora, hasta los taxistas tienen el gps. ¿Qué pasa con nosotros los docentes?

4. Profesor, profesión más homogénea del mundo. Tenemos la profesión más homogenea del mundo. Necesitamos aprender de otros, observar lo que está pasando en otras profesiones, en otras organizaciones. Debemos introducir novedades. necesitamos de una orientación más interdisciplinar.

5. Creación de sentido. Lo primero es ser conscientes de que no sabemos lo que está pasando realmente en las aulas. Las cosas de los alumnos la saben los compañeros, nosotros en la mayoría d ela socasiones ni las olemos. Hay que pensar como acceder a esa información, bajar a a base del iceberg. No quedarnos en los problemas sino buscar las causas.

Se trata de transformar los centros educativos en comunidades de aprendizaje, en consonancia con la respuesta que demanda la sociedad de la información. Se trata de transformar el contexto (no adaptarlo) tal como proponía Vygotsky (1979) y cono proponen las teorías sociales (Beck 1998; Giddens, 1991; Hamermas, 1979) y educativa (Freire, 1997). En ambas se basa el aprendizaje dialógico (que engloba y supera el significativo). Por este motivo, es necesario el diálogo y consenso entre el mayor número de sectores implicados: profesionales del sistema escolar, asociaciones, familiares, empresas, alumnado, ayuntamiento... El sistema en su conjunto. Todos debemos ser protagonistas y participar en esta transformación.

Un proceso de este tipo exige una formación que se adecúe a las actuales teorías sociales y educativas, abierta a todas las personas relacionadas con el alumno. Ramón argumentaba con datos cómo la formación recibida por una madre o un padre repercute más que la del profesorado en el aprendizaje de sus hijos.

Cómo ejemplo hablaba de las tertulias literarias para padres, en el aprendizaje de la lectura de los alumnos, o de como todas las experiencias educativas a nivel mundial que están logrando éxitos en superación de desigualadades se basan en las características de aprendizaje dialógico como la acción conjunta del alumnado, familias, comunidad y profesionales de la educación. Su importancia actual aumenta en una sociedad de la información en que el aprendizaje depende principalmente y cada vez más de todas las interacciones del alumnado y no sólo de las que recibe en el aula ni sólo de sus concocimientos previos (Flecha 1997).

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