jueves, 8 de septiembre de 2011

Reflexiones sobre la jornada del profesorado.

Me indigna ver como se está tratando el tema de los profesores. Creo que no hace más que desvalorizar aún más si cabe esta profesión.

Leyendo estos días la prensa me surgen algunas reflexiones que quiero compartir con vosotros.

Lo primero aclarar lo siguiente: Ningún profesor con jornada completa trabaja 18 o 20 horas a la semana, sino muchas más. Y dicho esto, hay también importantes diferencias con los que trabajan en la escuela concertada, cuya jornada lectiva es bastante mayor. Con esto lo que quiero decir que hay diferentes modelos organizativos en este país y que no se puede generalizar como algunos medios hacen. Tampoco podemos confundir la jornada escolar de los alumnos con la de los docentes.

Tan importantes como las horas lectivas en la jornada de un profesor, son las horas complementarias. El tema aquí es la gestión que se hace de las mismas. Esta jornada, en mi opinión, debe ir alineada con el proyecto educativo y plan estratégico del centro, por lo que su organización no depende del profesorado sino de la dirección del centro.

Y fuera de estas jornadas, lectiva y complementaria, está la jornada voluntaria, todas esas horas que se invierten para intentar ser un buen profesional de la educación: horas dedicadas a la formación, actualización, desarrollo de programas, atención personalizada... Horas que no se ven pero que en muchos docentes están. Porque llegar no se llega.

Todo esto parece que ha surgido por la crisis económica-financiera porque antes poco se hablaba de ello. Mientras en otros campos se ganaba mucho dinero, en nuestra profesión se mantenía practicamente todo igual. Y ahora, a todos nos toca apretarnos el cinturon. Desgraciadamente no parece haber otra posibilidad. No cabe rasgarse las vestiduras, hay que actuar. Pero este apretarse el cinturón no se puede hacer con parches, cartas o golpes de efecto. Hay que empezar a reformar estructuras, la de la administración pública, servicios públicos, los sindicatos, política... Si la sociedad cambia necesitamos que las estructuras se adapten a estos cambios. Se necesita de un análisis crítico sobre el desempeño del sistema.


Pero no podemos olvidar que no sólo estamos en crisis económica, la crisis está por todas partes, crisis de valores, crisis personales, crisis política, crisis social... crisis, crisis... Para vencerla, se nos llena la boca con la importancia de la educación, pero parece que nadie realmente se lo cree. Sin embargo yo si que estoy convencida de que parte de la solución viene de la mano de la educación. Por ello, hay que apostar e invertir en la misma.

"Todos podemos mejorar, sea cual sea el punto de partida". Esta es una de las conclusiones que se extraen de los informes elaborados por la consultora McKinsey&Company. http://ssomckinsey.darbyfilms.com/reports/EducationBookNov23.pdf y en http://www.oei.es/pdfs/documento_preal41.pdf (En castellano)



La eficiencia de los sistemas que experimentan importantes mejoras apunta a tres aspectos en común:
- Calidad de los docentes.
- Estrategias para capacitar al profesorado.
- Garantizar atención a todos los alumnos.

Necesitamos darle a la educación el valor que tiene de la sociedad y como garantía del futuro.

¿Qué podemos hacer?
- No convertir la educación en un arma política.
- Teniendo un modelo educativo como país. Se necesita un pacto por la educación.
- Entender que la educación comienza con el nacimiento de la persona y termina con su propia vida. Se necesita pensar en la educación a lo grande. La educación no es solo cosa de los docentes.
- Ser críticos y reflexionar. No quedarnos con una primera impresión o información.
- Ser creativos en la búsqueda de soluciones.
- No generalizar. Diferenciar. No todos trabajamos igual.
- ...

Seguro que a ti se te ocurre alguna más.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Mar, y creo que somos muchos los que pensamos lo mismo, pero ¿por qué los unicos que no se dan cuenta son los politicos? Cada dia estoy mas convencida que los politicos que nos dirigen son muy torpes...

    ResponderEliminar
  2. A los políticos no les interesa nada la educación, excepto para conseguir votos que les aseguren el poder. El ataque a los docentes de la educación pública es un ataque a la educación. No se puede utilizar la educación como arma política. En Aragón, no se puede recortar más recursos a la educación secundaria pública. De donde no hay no se puede sacar.

    ResponderEliminar