domingo, 30 de octubre de 2011

TRUCO O TRATO. LOS ORÍGENES DE HALOWEEN.

No sé si os habrá pasado a vosotros, pero viendo este fin de semana gente disfraza de brujas, muertos, esqueletos... Me preguntaba de dónde vendría esta tradición. Yo de pequeña nunca lo celebré. Y mientras andaba en estas reflexiones, me ha llegado la explicación por las redes gracias a mi amigo Fermín. Así que he pensado en compartirlo con vosotros, por si alguno más anda con la misma curiosidad que yo.



Halloween (jalowín) es una fiesta proveniente de la cultura céltica que, actualmente se celebra principalmente en Estados Unidos la noche del 31 de octubre. Los niños y jóvenes se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta pronuncian la frase "Truco o trato" o "Dulce o truco" (proveniente de la expresión inglesa "trick or treat"). Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.

La palabra Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow's Eve (Víspera del Día de Todos los Santos). Sus orígenes se remontan a los celtas y la fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes europeos en el siglo XIX. La fuerza expansiva de la cultura de EE.UU. ha hecho que Halloween se haya popularizado también en otros países. De hecho, ¿cuántos no asumíamos el día de Halloween como una fiesta 100% estadounidense?

Y, sin embargo, la historia de Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, precisamente el 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para pasar el invierno, celebrándose la fiesta de la cosecha. Ese último día del verano celta, se suponía que quedaban “unidos” los límites entre nuestro mundo y el más allá, por lo que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo, asustados; además, los celtas se vestían con pieles de animales muertos para pasar inadvertidos para los espíritus. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.


Los colores tradicionales de Halloween son el negro de la noche y el naranja de las primeras luces del día. Los símbolos de Halloween también incluyen elementos otoñales como las calabazas (la tradición de colocar una vela encendida dentro de ellas viene de la “costumbre” de las brujas con calaveras humanas) y los espantapájaros.

El año celta se divide en dos grandes periodos: el periodo de verano, que va desde el Beltane (1º de mayo) hasta el Samhain (1º de noviembre), y el invierno (desde el Samhain hasta el Beltane siguiente). Las vísperas de estas dos fechas, eran celebradas por los celtas en lo que se conocía como la “Noche de Walpurgis” (30 de Abril) y la “Noche de todos los Santos” (31 de Octubre). Esta última, en su calendario, era nuestra Nochevieja, ya que celebraban el final de año y la llegada del invierno.

Esa celebración se hacía con grandes fogatas encendidas durante toda la noche en lo alto de los poblados, para que el humo purificara los establos y las casas. También se cuenta que eran habituales los sacrificios de animales (hay quien habla incluso de sacrificios humanos), con el fin de ahuyentar a espíritus malignos y brujas. La tradición explica que lo que buscaban esos “aparecidos” era llegar a acuerdos con los humanos, en forma de quedarse de nuevo en nuestro mundo como mortales, maldiciendo y haciendo víctimas de sus conjuros a quienes no accedieran a sus peticiones. Trasladado al presente, o me das o te gasto una broma (“trick or treat”).

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